lunes, 22 de septiembre de 2008

Hermano

En esta tarde que pude presenciar a las nubes comiéndose al sol, desee leer a Girondo, salir a volar de la mano de Gelman...Un rato andar perdida. En este día termine de matar al amor espantando demonios y una vez más Márquez me robo entre sus letras un suspiro; es que esta tarde estoy en casa.
Todo se ve distinto desde mi vereda, el mundo, la gente, los perros, es que esta tarde aunque parezca raro, estoy en casa.
Dejé de lado las obligaciones y extraño un par de caras, aveces es bueno este descanso de estar en casa.
Tengo una pantalla ante mi, un silla cómoda debajo de mi, una cama cerca por si decido dormir, y al instante puedo notar que estoy en casa.
Puedo notarlo por q el viento entra libre por las ventanas, por que camine donde camine nada puede distraerme, estoy casa lo sé y lo sé por q tu no estas.

Cada almohada en su sitio, cada sitio en su lugar, la silla vacía, tu alcoba apagada, un par de botas en un rincón olvidadas, sin usar.
Falta un plato en la mesa, y a un vaso le falta tu boca, la cuchara que tanto te gustaba esta guardada, esperando que vengas a buscarla, estoy en casa lo sé, por q en la calle todo esto de tu ausencia es más fácil, en casa tu nombre duele y a cara de perro nos preguntamos ¿por q?, me angustia estar así tan cerca del hueco que dejaste, estoy en casa y pesa.

Mañana al cantar del gallo estaré despierta esperando que todo o casi todo amanezca y estaré otra vez fuera, pensando otras cosas, riendo de otra cosas, mirando otras caras, quizás las del amor, pero como un recuerdo que arde en la nuca estaré afuera pensando que quizás tu desees estar de nuevo en casa mientras yo ya no quiero si quiera sentir que estoy de vuelta.